BIOGRAFIA
Educada en el seno de una familia aristocrática, ilustre y culta, vivió una infancia feliz rodeada de múltiples atenciones.
De sus primeros años, ella misma, en sus «Recuerdos», se expresa en los siguientes términos: «En 1847 tenía 17 años cumplidos. Hasta esa edad mis días habían corrido llenos de placeres y brillantes ilusiones. Con la mirada fija en un porvenir risueño y encantador, encontraba bajo mis plantas una senda cubierta de flores, y sobre mi cabeza un cielo tachonado de estrellas.
¡Era feliz! y pensaba que nunca se agotarían esas flores ni se apagarían esos astros!...
Adorada de mi familia, especialmente de mi madre, había llegado a ser el jefe de la casa; en todo se consultaba mi voluntad; todo cedía al más pequeño de mis deseos; era completamente dichosa bajo la sombra del hogar doméstico, y en cuanto a mi vida social, nada me quedaba que pedir a la fortuna».
El 16 de febrero de ese mismo año, cuando se encontraba en la flor de su juventud, contrajo matrimonio con el médico colombiano Dr. Sixto Galindo, y antes de finalizar el año nació su hijo al que llamó Felipe Santiago José.
Poco tiempo después, por razones de la profesión de su esposo se trasladaron a vivir en Guayaquil, ciudad que les abrió las puertas y los recibió en los mejores círculos sociales.
“El ambiente cultural de Guayaquil era algo más amplio que el de Quito, pues en el puerto ya figuraban las jóvenes Angela Caamaño Cornejo de Vivero, Dolores Sucre Lavayen y Carmen Febres-Cordero de Ballén” (Fernando Jurado Noboa.- Los Veintemilla, p. 357).
Fue entonces cuando comenzó a expresar, en prosa y en verso, las insatisfacciones sentimentales que vivía y las frustraciones de comprender que no era amada con la misma intensidad.
Poco a poco, intentando escapar de sus penas, buscó refugio en la literatura ambicionando atraer junto a sí a los hombres más famosos para recibir de ellos la savia de sus conocimientos.
En 1854 viajó a Cuenca con su esposo e hijo. «Cuando Dolores llegó a Cuenca, los más finos espíritus, y no sólo de Guayaquil, la estimaban como mujer de exquisita sensibilidad y cultura. Y en torno a ella se agrupó, en la capital azuaya, la que Crespo Toral llamó La Primera Familia Cuencana: Corral, Cordero, Fernández de Córdova, José Rafael Arízaga y A. Merchán. Fue aquel el más importante cenáculo romántico del siglo, y Dolores, su animadora. Tomó parte también de las inquietudes del grupo el poeta chileno Guillermo Blest Gana, el mayor admirador de las altísimas cualidades de la poetisa quiteña» (Poetas Románticos.
Al poco tiempo, y sin conocerse hasta hoy las causas, su esposo se marchó a Centroamérica dejándola en la más absoluta pobreza. Fue entonces cuando sola, abandonada y buscando alivio a su dolor, se refugió en los inconmensurables campos del arte, dedicándose a la pintura, la música y la poesía.
VIDEOS DE DOLORES VEINTIMILLA DE GALINDO
ASPIRACION
POEMAS DE DOLORES VEINTIMILLA
ANHELO
¡Oh! ¿dónde está ese mundo que soñé
allá en los años de mi edad primera?
¿Dónde ese mundo que en mi mente orlé
de blancas flores ... ? Todo fue quimera!
allá en los años de mi edad primera?
¿Dónde ese mundo que en mi mente orlé
de blancas flores ... ? Todo fue quimera!
Hoy de mí misma nada me ha quedado,
pasaron ya mis horas de ventura,
y sólo tengo un corazón llagado
y un alma ahogada en llanto y amargura.
pasaron ya mis horas de ventura,
y sólo tengo un corazón llagado
y un alma ahogada en llanto y amargura.
¿Por qué tan pronto la ilusión pasé?
¿Por qué en quebranto se trocó mi risa
y mi sueño fugaz se disipó
cual leve nube al soplo de la brisa ...?
¿Por qué en quebranto se trocó mi risa
y mi sueño fugaz se disipó
cual leve nube al soplo de la brisa ...?
Vuelve a mis ojos óptica ilusión,
vuelve, esperanza, a amenizar mi vida,
vuelve, amistad, sublime inspiración ...
yo quiero dicha aun cuando sea mentida
vuelve, esperanza, a amenizar mi vida,
vuelve, amistad, sublime inspiración ...
yo quiero dicha aun cuando sea mentida
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